"El próximo 2 de abril se cumplirán treinta años de la guerra cuyo triste final sembró un hondo
sentimiento de dolor e impotencia en los corazones de millones de argentinos.
Lo que comenzó como una gesta patriótica que todos y cada uno de nosotros sentimos como una causa propia, terminó enlutando a la Nación toda bajo un pesaroso clima de derrota por lo que no pudo ser, y de profundo desconsuelo por los héroes que dejaron allí su ilusión
y su sangre.
Un sinfín de acontecimientos de índole diversa se sucedieron desde aquel pasado hasta este presente, todos ellos factores que produjeron sustanciales cambios en la configuración política, económica y social del país. Pero si hay una cuestión que no ha experimentado modificación alguna en el sentir nacional, es el deseo de recuperar pacíficamente lo que nos fue arrebatado, de defender nuestra integridad territorial en su totalidad, de que nuestro pabellón nacional vuelva a flamear en aquel terruño lejano pero jamás olvidado que constituyen nuestras
Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
Amparados en nuestras convicciones, así como en las recomendaciones de la comunidad internacional en su conjunto, los argentinos deseamos reencauzar por vía diplomática las
negociaciones para recuperar de hecho aquello que por derecho constituye, desde
el inicio mismo de nuestra historia independiente, parte inapreciable de nuestro patrimonio nacional.
Y es sumamente importante resaltar que abogaremos por la restitución de la soberanía sobre
dichos territorios de forma pacífica, privilegiando, una vez devueltos, el respeto por el modo de vida y las costumbres de aquellas familias británicas afincadas allí, lo cual, de seguro, constituirá la piedra basal para una convivencia armoniosa con el resto de los ciudadanos argentinos.
Los caídos en aquella confrontación armada innecesaria, a quienes rendimos homenaje por el valor y el coraje empeñados en ésta, una de las causas que más pasión despierta en nuestro
pueblo, deben ser honrados con una profunda reflexión acerca de la necesidad de
anteponer la paz a cualquier intento de Gran Bretaña de agitar las aguas para
obtener un rédito político del conflicto.
Hoy, más que nunca, la Argentina debe efectuar una demostración de madurez y altura para no ingresar en el terreno de las declaraciones y acciones descalificadoras en lo que a la disputa respecta, lo cual puede llevarnos por el riesgoso y ya lamentablemente conocido camino del
conflicto armado, sin perjuicio de mantener vivo, firme y bien en lo alto, el
reclamo por la legítima soberanía sobre nuestras islas.
Es por todo esto, por el orgullo de los cientos de soldados que dejaron la vida en defensa de nuestra patria, porque jamás olvidamos ni olvidaremos nuestros derechos sobre aquellas
tierras, y por el peso de una historia que debe ser aleccionadora… que no
debemos claudicar en nuestro pacífico reclamo de que una vez por todas, se haga
justicia.
Los varios proyectos que desde mi espacio he impulsado en torno a esta causa, así como este
documento, cuya suprema importancia se ve exaltada por el apoyo unánime que ha
recibido de parte de todos los legisladores, son claras muestras de que, tal
como reza nuestra solemne y emotiva Marcha de las Malvinas, “tras su manto de
neblinas, no las hemos de olvidar (…)”.
sentimiento de dolor e impotencia en los corazones de millones de argentinos.
Lo que comenzó como una gesta patriótica que todos y cada uno de nosotros sentimos como una causa propia, terminó enlutando a la Nación toda bajo un pesaroso clima de derrota por lo que no pudo ser, y de profundo desconsuelo por los héroes que dejaron allí su ilusión
y su sangre.
Un sinfín de acontecimientos de índole diversa se sucedieron desde aquel pasado hasta este presente, todos ellos factores que produjeron sustanciales cambios en la configuración política, económica y social del país. Pero si hay una cuestión que no ha experimentado modificación alguna en el sentir nacional, es el deseo de recuperar pacíficamente lo que nos fue arrebatado, de defender nuestra integridad territorial en su totalidad, de que nuestro pabellón nacional vuelva a flamear en aquel terruño lejano pero jamás olvidado que constituyen nuestras
Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
Amparados en nuestras convicciones, así como en las recomendaciones de la comunidad internacional en su conjunto, los argentinos deseamos reencauzar por vía diplomática las
negociaciones para recuperar de hecho aquello que por derecho constituye, desde
el inicio mismo de nuestra historia independiente, parte inapreciable de nuestro patrimonio nacional.
Y es sumamente importante resaltar que abogaremos por la restitución de la soberanía sobre
dichos territorios de forma pacífica, privilegiando, una vez devueltos, el respeto por el modo de vida y las costumbres de aquellas familias británicas afincadas allí, lo cual, de seguro, constituirá la piedra basal para una convivencia armoniosa con el resto de los ciudadanos argentinos.
Los caídos en aquella confrontación armada innecesaria, a quienes rendimos homenaje por el valor y el coraje empeñados en ésta, una de las causas que más pasión despierta en nuestro
pueblo, deben ser honrados con una profunda reflexión acerca de la necesidad de
anteponer la paz a cualquier intento de Gran Bretaña de agitar las aguas para
obtener un rédito político del conflicto.
Hoy, más que nunca, la Argentina debe efectuar una demostración de madurez y altura para no ingresar en el terreno de las declaraciones y acciones descalificadoras en lo que a la disputa respecta, lo cual puede llevarnos por el riesgoso y ya lamentablemente conocido camino del
conflicto armado, sin perjuicio de mantener vivo, firme y bien en lo alto, el
reclamo por la legítima soberanía sobre nuestras islas.
Es por todo esto, por el orgullo de los cientos de soldados que dejaron la vida en defensa de nuestra patria, porque jamás olvidamos ni olvidaremos nuestros derechos sobre aquellas
tierras, y por el peso de una historia que debe ser aleccionadora… que no
debemos claudicar en nuestro pacífico reclamo de que una vez por todas, se haga
justicia.
Los varios proyectos que desde mi espacio he impulsado en torno a esta causa, así como este
documento, cuya suprema importancia se ve exaltada por el apoyo unánime que ha
recibido de parte de todos los legisladores, son claras muestras de que, tal
como reza nuestra solemne y emotiva Marcha de las Malvinas, “tras su manto de
neblinas, no las hemos de olvidar (…)”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario