La Diputada Nacional Olga Guzmán presentó un proyecto para expresar su más hondo pesar por el fallecimiento del cantor y compositor Argentino Luna, quien ha contribuido a enriquecer ampliamente la música criolla argentina.
El folclorista Argentino Luna murió a la edad de 69 años, luego de estar
peleándole durante los últimos dos meses a una "grave enfermedad" que al
final le ganó, pero que su canto y su personalidad no morirán jamás.
Rodolfo Giménez era su nombre verdadero y encontró su nombre
artístico gracias a la iniciativa del artista plástico Argentino Ortíz Agüero Luna
y a partir de ese momento comenzó su carrera con la guitarra y el canto,
recorriendo los escenarios del país, grabando discos y recibiendo el cariño que
su público le brindó en cada una de sus presentaciones.
Desde muy pequeño Argentino repartió su tiempo entre las tareas
rurales en Villa Gesell, los estudios y la guitarra que luego sería su inseparable
compañera en 45 años de trayectoria.
El artista se casó muy joven, y con su esposa Ana María tuvo cuatro
hijas, con quienes se trasladó a Buenos Aires, y empezó a frecuentar los
lugares donde se guitarreaba para participar cantando milongas o narrando
algún relato campero que contaba quién era o de qué lugar venía.
En sus comienzos actuaba con su verdadero nombre, pero cuando
intentó grabar su primer disco, le dijeron que no era posible que lo hiciera con
ese “pseudónimo”, porque ya lo había registrado otro. De tal manera adoptó el
seudónimo de Argentino Luna.
Con "Guitarra prestada", que fue el título de su primer disco en que
vió la luz en 1968, simboliza en cierta manera su vocación que nació en hora
temprana y con el momento cuando tener una guitarra propia, era casi un
artículo de lujo.
Se consagro y fue premiado en el festival de Cosquín, recibió el Limón
de oro en Tucumán, la Palma del Plata en Santa Fe, discos de oro y el
reconocimiento en General Madariaga como Ciudadano Ilustre.
Cultor de la milonga surera, fue autor de más de 300 composiciones
que han sido grabadas por él y por otros intérpretes, entre las cuales las más
difundidas figuraron además Zamba para decir adiós, Mira, lo que son las
cosas, Pero el poncho no aparece, y Me preguntan cómo ando.
Decidor, trovador, juglar de la actualidad y de las realidades sociales,
además de ser un conocedor por excelencia de las cosas nuestras y el campo
con su milonga fogonera, fue un artista que en el escenario mayor de Cosquín
que lleva el nombre de "Atahualpa Yupanqui", sólo con su guitarra y su canto,
convertía la plaza en un templo en un teatro y había una simple comunión
con "Juan Pueblo", como él llamaba a su gente.
Además siempre le brindó su espacio a jóvenes valores que luego
fueron surgiendo dentro del folclore argentino como Alejandro Avila, el payador
Nicolás Membriani, Lucía Ceresani y recientemente Germán Montes entre otros
jóvenes valores.
Y así nomás, al tranco manso se nos fue el Gaucho de Madariaga (como lo
llamaban) luego de pelearle cara a cara a la muerte, luego de una penosa
enfermedad que se le complicó en el sur argentino, pero su
música, sus canciones, sus relatos no morirán jamás y el recuerdo del pueblo y
el de sus colegas, los cantores populares no lo permitirán.
Este proyecto pretende rendir homenaje a quien fue un reconocido
cantante y compositor de la música folclórica argentina, deseando que su
música viva a través de nuestros cantores contemporáneos.
El folclorista Argentino Luna murió a la edad de 69 años, luego de estar
peleándole durante los últimos dos meses a una "grave enfermedad" que al
final le ganó, pero que su canto y su personalidad no morirán jamás.
Rodolfo Giménez era su nombre verdadero y encontró su nombre
artístico gracias a la iniciativa del artista plástico Argentino Ortíz Agüero Luna
y a partir de ese momento comenzó su carrera con la guitarra y el canto,
recorriendo los escenarios del país, grabando discos y recibiendo el cariño que
su público le brindó en cada una de sus presentaciones.
Desde muy pequeño Argentino repartió su tiempo entre las tareas
rurales en Villa Gesell, los estudios y la guitarra que luego sería su inseparable
compañera en 45 años de trayectoria.
El artista se casó muy joven, y con su esposa Ana María tuvo cuatro
hijas, con quienes se trasladó a Buenos Aires, y empezó a frecuentar los
lugares donde se guitarreaba para participar cantando milongas o narrando
algún relato campero que contaba quién era o de qué lugar venía.
En sus comienzos actuaba con su verdadero nombre, pero cuando
intentó grabar su primer disco, le dijeron que no era posible que lo hiciera con
ese “pseudónimo”, porque ya lo había registrado otro. De tal manera adoptó el
seudónimo de Argentino Luna.
Con "Guitarra prestada", que fue el título de su primer disco en que
vió la luz en 1968, simboliza en cierta manera su vocación que nació en hora
temprana y con el momento cuando tener una guitarra propia, era casi un
artículo de lujo.
Se consagro y fue premiado en el festival de Cosquín, recibió el Limón
de oro en Tucumán, la Palma del Plata en Santa Fe, discos de oro y el
reconocimiento en General Madariaga como Ciudadano Ilustre.
Cultor de la milonga surera, fue autor de más de 300 composiciones
que han sido grabadas por él y por otros intérpretes, entre las cuales las más
difundidas figuraron además Zamba para decir adiós, Mira, lo que son las
cosas, Pero el poncho no aparece, y Me preguntan cómo ando.
Decidor, trovador, juglar de la actualidad y de las realidades sociales,
además de ser un conocedor por excelencia de las cosas nuestras y el campo
con su milonga fogonera, fue un artista que en el escenario mayor de Cosquín
que lleva el nombre de "Atahualpa Yupanqui", sólo con su guitarra y su canto,
convertía la plaza en un templo en un teatro y había una simple comunión
con "Juan Pueblo", como él llamaba a su gente.
Además siempre le brindó su espacio a jóvenes valores que luego
fueron surgiendo dentro del folclore argentino como Alejandro Avila, el payador
Nicolás Membriani, Lucía Ceresani y recientemente Germán Montes entre otros
jóvenes valores.
Y así nomás, al tranco manso se nos fue el Gaucho de Madariaga (como lo
llamaban) luego de pelearle cara a cara a la muerte, luego de una penosa
enfermedad que se le complicó en el sur argentino, pero su
música, sus canciones, sus relatos no morirán jamás y el recuerdo del pueblo y
el de sus colegas, los cantores populares no lo permitirán.
Este proyecto pretende rendir homenaje a quien fue un reconocido
cantante y compositor de la música folclórica argentina, deseando que su
música viva a través de nuestros cantores contemporáneos.
Estimada Olga, estoy a tus ordenes para apoyar, con mi humilde granito de arena en lo que séa, el homenaje al negrito Luna.
ResponderEliminarAngel Dimeo
Conjunto Folclórico Los Peregrinos